Te fuiste con la ilusión
de correr otra maratón,
te fuiste con la ilusión
de traer un logro nuevo.
Te fuiste con la ilusión
de saber que tú podrías,
vencer el paisaje agreste
allá, en esa lejanía.
Te fuiste con la ilusión
de saber que cumplirías,
como siempre tú lo hacías
fuera de la cobardía.
Viajaste con entusiasmo
con ganas se te veía,
de tus flores y jardines
en el viaje nos hablabas
y de tu hermosa familia,
que siempre te acompañaba.
La casa de té Gales
donde estuvo Lady Di
también te recibió a ti
a la mañana temprano.
Una foto te sacaste
en ese hermoso jardín,
con ese molino de agua
que te ha deslumbrado a ti.
Mostrando tus cualidades
de gran atleta de fondo,
quisiste unir tres ciudades
mostrando tu gran coraje.
La carrera se largo
y el sol empezó apretar
y con sus rayos marco
el camino a conquistar.
Con Mónica Avaca fuiste,
recorriendo un gran trayecto,
y paseando por el centro
de la ciudad de Trelew,
te encontraste con tu amigo
que a una gira te llevó.
El ruso Alderete ya
no pudo aguantar tu ritmo,
y haciéndole vos un guiño,
por tu camino seguiste,
lo encontraste a Daniel Bernasconi
y el codo vos le tocaste,
lo miraste y sonreíste
y solito continuaste.
Dos mil metros te faltaban
para la meta final,
y el desenlace fatal
se produjo en un instante.
Victor Hugo con su afán
de quererte reanimar,
hizo todo lo posible,
era imposible lograr.
El destino estaba escrito
Ramón Alberto Gómez,
te fuiste sin despedirte,
te fuiste sin saludar,
pero serás para todos
un ídolo provincial.