sábado, 24 de noviembre de 2007

Que sola estas, señora de Itatí

Que sola que te has quedado

Virgencita de Itatí,

desde lejos te han traído

y muy sola te han dejado.

Que sola que te has quedado

Virgencita de Itatí,

guardada allí en una iglesia

y ya nadie piensa en ti.

Que sola que te has quedado

Virgencita de Itatí,

si... de Corrientes, has viajado

para estar con tus hermanos,

algunos se han olvidado

de que ahora estas aquí.

Que sola que te has quedado

Virgencita de Itatí,

si...de lejos te han traído

tan solo por venerarte,

no es justo que algunos fieles

no vayan a visitarte.

Que sola que te has quedado

Virgencita de Itatí,

vestida como una novia

muy sola allí en el altar,

esperaras que los fieles

allí vayan a rezar.

Que sola que te has quedado

Virgencita de Itatí,

encerrada en una iglesia

rezando por tus hermanos,

que de lejos te han traído

y aquí te han abandonado.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Tu primera maratón

Para mi amigo Ricardo Fahler en su debut en la Maratón ciudad de Buenos Aires el 4 de Noviembre de 2007.

Tu primera Maraton


Fue tu primera vez
correr una maratón,
el gran desafió interno
que todo atleta tiene.

Fue tu primera vez
correr una maratón,
y la ilusión de saber
que lo podrías lograr.

Fue tu primera vez
correr una maratón,
solo y sin tus amigos
tan solo tu con mujer.


Fue tu primera vez
correr una maratón,
largar a lo inesperado
sin saber lo que vendría.

Tus amigos de La Pampa
a Buenos Aires llegaron,
para alentar tu camino
que muy duro se te haría.

Largaste la maratón
y al desafió te fuiste,
para cumplir tu objetivo
de lo que tanto quisiste.

Fuiste corriendo muy bien
como lo habías previsto,
al pie de la letra estabas
cumpliendo con tu trabajo.

Al kilómetro treinta ya,
llegaste y mal humorado,
porque no era el resultado,
que vos habías esperado.

No se te veia bien,
estabas decepcionado
faltaba tan poco que...
no valía la pena ya,
abandonar lo que habías logrado.

Victor Hugo y Daniel
con sus ropas no adecuadas,
se fueron al treinta y cinco
para ayudarte a llegar,
y siguiéndote los pasos
que ya cansado traías,
se acoplaron a tu paso
para marcarte el camino.


El cartel marcaba ya
kilómetro cuarenta y uno,
la meta ya estaba cerca,
y comenzaste a llorar,
era tanta la emoción
la que invadía tu cuerpo,
que ya no importaba nada
tan solo era el final.


Era tal la algarabía
de la gente que aplaudía,
que ya no importaba nada,
era este tu gran día.


Ricardo Fahler cumpliste
con el sueño de tu vida,
ahora solo te queda
disfrutar de este momento,
y déjame que te diga,
“ que lo imposible es lo no intentado”.


Horacio Daniel Bernasconi