viernes, 21 de septiembre de 2007

Carta para papá

Papá, como hago para comenzar a escribirte esta carta, si nunca te escribí nada.

Como hago para poder decir todas las cosas que tengo adentro, y… que nunca te dije.

Papá, por esas cosas de la vida, mira como son las casualidades, hoy hace una semana que dejaste este mundo, y hace una semana que quería escribir lo que hoy voy a escribir, pero el tiempo se paso, y nada hice. Ahora que me he decidido, miro el reloj, y son las veintitrés horas y veinte minutos, la misma hora en la que me avisaron que habías fallecido.

Papá, se que estabas muy enfermo, y que esto ocurriría tarde o temprano, pero es como que en el fondo, el ser humano tiene una luz de esperanza, de que ese ser querido, vivirá para siempre, o que el dolor se calme.

Cuando comenzó tu agonía, comencé con mi trauma, ¿cuál era mi trauma? te preguntarás vos.

Mi trauma, mi trauma era, quedarme con las ganas de decirte cosas, cosas que me fueron pasando a través de los años, y que siempre calle.

Sabes bien, que siempre fui diferente a todos mis hermanos, no se si soy mejor o peor, pero vos bien sabes que hay una diferencia, y esa diferencia se noto entre la relación que había entre vos y yo.

No te hecho en cara nada, ni sé si la educación que recibí fue la mejor, o la peor, solo sé que tampoco fue mala.

No te puedo echar la culpa de lo que a vos no te enseñaron. Yo con mis hijos trato de ser diferente, no con esto te digo que soy mejor padre que vos.

Papá, trabajaste toda la vida para el estado, a veces sin tener horarios, y esos horarios que le diste al estado, fueron los horarios que a mi me faltaron de vos.

Papá, siempre por todas estas cosas, es como que un rencor había dentro mió, para con vos, y nunca me anime a decírtelo. Como muchas cosas que hubiera querido hablar contigo, pero la cobardía y la falta de confianza hizo que nada dijera.

Cuando en Agosto viaje a Bogotá, a conocer a m i amiga Esperanza, antes de tomar el avión de regreso, en una capillita que hay en el aeropuerto, mientras yo lloraba desconsoladamente, por las cosas que me pasaban contigo, ella me dijo:

-Daniel disfruta de tus padres ahora que los tienes vivos, cuando no los tengas ya será demasiado tarde, recuerda que hay gente que ni siquiera los conoce_.

Sí supieras como ella me ayudo tanto psicológicamente en muchas cosas, que me hizo cambiar de actitud.

Me volví con las pilas tan cargadas, que desde que regrese, fui a verte todos los días y a estar contigo aunque sea cinco minutos, para hacerte saber que no estabas solo en tu enfermedad.

Cada día que pasaba era un martirio, sentarme en tu cama y querer decirte, papá te quiero, y no se daba la oportunidad, y…tenia miedo que me dijeras.

por qué me dices eso, ¿ qué… sabes… que… me voy a morir?-.

Así se pasaban los días, y nada yo te decía, pero…-¿pero te acordas seis días antes de fallecer?, cuando llegue a casa y estabas muy descompuesto y solo estaba mamá a tu lado, ahí en ese momento mientras ella llamaba al servicio de emergencia, yo me quede solo contigo, y cuando te tome la mano, me paso lo más bello que me pudo haber pasado en la vida. Sentí que tenías piel, sentí como que estaba tocándola a Mónica, por la suavidad de la piel, sentí como que tenía en mis manos a un bebe, me corrió una sensación tan extraña en mi piel, y descubrí tantas cosas al tocarte, que en un momento me dije:

-Tengo cuarenta años, y lo que me paso en este momento, es que me di cuenta que hace cuarenta años que no lo acariciaba a mi Papá, que me di cuenta que había perdido cuarenta años, sin acariciar a mi papá.-

Que fue la sensación más hermosa que me pudo haber pasado, y era como que quería volver el tiempo hacia atrás para recuperar el tiempo perdido y tocarte todos esos años que no te he tocado así.

Papá, te digo algo a vos porque no se cuantas personas leerán esta carta, pero mira, si todos acariciaran así a sus padres, que diferente sería el mundo, la sociedad cada ser humano se sentiría distinto, con un alivio interior de haber hecho lo que sentía por ese ser amado.

Papá, cuántas cosas que nos quedaron pendientes. Como poder haber pasado tantos momentos juntos, disfrutando de cosas sencillas, de no tener que haber estado hablando de que la plata no alcanzaba, o de la política de mierda, que hizo y fue parte de las cosas que le pasan a la sociedad, y esa sociedad somos vos y yo también.

Papá, me quede con ganas de decirte cosas, pero ya esta, sabes porque digo ya esta, porque hay algo que te dije esa noche que estabas descompuesto, y es lo mejor y lo más lindo que te dije, que fue: Te quiero.

Con ese solo te quiero, creo que dije todo lo que tenia que decir.

Y ahora no me arrepiento de nada, ahora que no estas sabes una cosa viejo, solo extraño tu piel, y cuando voy a tu casa y entro a tu pieza y no te veo, acaricio tu cama, y no quiero pensar que ya no estas en este mundo, solo pienso que estarás enfrente en tu trabajo que tenias en la resonancia. hecho una mirada a toda la pieza y sin que nadie me vea me voy en silencio.

Papá, cuando tu cuerpo estaba en la sala velatoría, fui el primero en llegar, y te tuve para mi solito una hora al lado de ese cajón que te llevaría para siempre.

-¿Pero sabes algo?-, te acaricie tanto y te disfrute tanto hablándote bajito, que me ayudo a no sentir rencor, por algunas cosas, y darme cuenta que a pesar de todo lo que no, compartimos, cuánto te quería.

Papi, sabes que es el día de hoy que nunca entendí, por qué querías tanto a la primer novia que lleve a casa,

- viste que nunca hablamos de esas cosas, pero siempre la defendías de las peleas con mamá-.

Papá, gracias por haber querido tanto a mis dos hijos, el Joni adoración que tiene por vos, si supieras como te extraña, y cuando lo veo tan en silencio, viste como es el ruso de callado, pero te das cuenta que algo le pasa, no se que decirle, se va a tu casa, y se sienta a dibujar en la vereda.

Y la Johanita como vos le decías, la enana siempre se acuerda de esos dibujos que le hacías de caballos y otras cosas. Ella , ella no dice nada porque es más orgullosa, pero me doy cuenta que te extraña y mucho.

Papi, sabias que el joni ya cumplió dieciséis años, y todavía para mi es una criatura como vos decías, pero vos te acordas que cuando yo tenia quince años, y trabajaba me fui solo a tu pueblo en la provincia de Santa Fe a conocer a tu mamá. Cuántas cosas que hice de joven y ahora a los hijos uno los sobreprotege de tal manera que no se saben desenvolver solos en la vida. Eran otras épocas, las tuyas también fueron épocas difíciles cuando te fuiste de tu casa, y peor que qué la mía, y peor que esta que nos toca vivir ahora.

Y la Johanita papi, ahora en unos días ya cumple los quince años, parece mentira papi, que halla pasado tan rápido el tiempo. Ahora ya se me vuelan los pichones a mi.

Quince años la nena, que lindo que hubiera sido que hubieras podido estar en su fiesta, es el mejor regalo que le puedo hacer, por todas las otras cosas que le he querido dar y no he podido, y por el tiempo que no le dedique, porque creí que la vida se terminaba y que debía seguir trabajando, y cuando te vi., a vos en se cajón aprendí, para que tanto trabajar, para que tanto apuro para no poder disfrutar de la vida.

Por eso, tal vez no entendías ese viaje que me hice a Colombia, ese viaje era el principio de comenzar a vivir la vida de otra manera, de disfrutar de los amigos, del mundo, de todo lo que el señor nos ha puesto para que disfrutemos.

Para que tanto rencor, por las cosas que nos han pasado, por que no animarse a decirle a la persona que realmente uno quiere con el corazón decirle que la amas.

Ya no me importan las peleas por tonterías, trato de sonreír todo el día. No importan ya, las criticas de los que no se animan a hacer las cosas que sienten pero no las hacen porque no se animan.

No me importa nada de los que dicen porque me divorcié, ahora dudo menos que antes. Y si tengo que volver a decirle a la mujer de la que me enamore en algún momento que nunca la olvide que sigo enamorado de ella, a pesar de la distancia que hay entre los dos, se lo vuelvo a decir. Aunque ella quiera o no volver a estar conmigo, pero se lo diré siempre, que fue la mujer de la cual realmente me enamoré, y me hizo sentir cosas lindas en cada caricia que me hacia.

Me hubiera gustado mucho que la pudieras haber disfrutado un poco también vos. Siempre me acuerdo en tus últimos meses cuando me hacías esas cargadas, porque me veías flaco recuerdo que decías

-¿ tan bien te atienden que estas terminado?.-

Papá, ahora no estas vos, no la tengo a ella a mi lado, y los niños tampoco están todos los días aquí en casa.¡Sabes que difícil que se hace esta soledad, Si lo sabrás vos !La extraño tanto viejo, me hizo tan feliz en poco tiempo, pero bueno en la vida se gana y se pierde.

Papi, después de un tiempo vuelvo a retomar la carta.

Papi, ya hace ocho meses que te fuiste, y este año me toco el primer día del padre sin vos, que queres que te diga. Antes me preguntaba como sentirían los demás este día, ahora se lo que se siente. Ahora no es ir a tu casa a llevarte un regalito y darte un beso y comer un asado. Ahora es ir a un cementerio a llevarte una flor. Y sentir esa impotencia de no poder sacar esa lapida y ese montón de tierra para poder acariciarte de nuevo.

Papi, hoy terminaré esta carta, que nunca te llegará, sí, te la leeré en voz alta, solo una persona sabe esta noche que estoy haciendo esta carta para ti, y es Mónica, que cuando le comente esto me dijo cinco palabras, y fueron estas:

-Eso es lindo cerrar cosas- y la verdad que tenia razón, porque hace meses que me están pasando cosas por adentro que…, no se, si decir que me confunden, pero si estoy sintiendo cosas fuertes por la persona que creo es mi gran amor, y no la tengo. Y el empuje que me dio esas palabras de Mónica, hicieron que terminara esta carta, aunque sea como estoy ahora bañado en lagrimas, cosa que tal vez era lo que necesitaba, llorar, llorar y llorar, para descargar emociones viejas y agazapadas por adentro de mi loco corazón, que se le dio por empezar a decir la verdad de lo que siente y por las cosas que quiere.

-Papá, ya voy terminado con esta carta que decidí escribirte, pero que seguro el cartero no te la llevará, pero si la leeré más de una vez, cuando tu quieras, solo debes hacermeló recordar.

Papá, viste que nunca nada te pedí, ahora sí, quiero pedirte algo, y es que ilumines a mis hijos, a mis hermanos, a mamá a la mujer que amo que vos y yo sabemos quien es, y que me ilumines a mí, que jamás te olvidaré, y cuando me sienta mal volveré a escribirte.

Un beso en la distancia, y que descanses en paz.

Tu hijo Horacio Daniel Bernasconi.

No hay comentarios: