Era un muchacho de pueblo
con el afán de triunfar,
alegrías le dio la vida
y una madre a quien amar.
Era un muchacho de pueblo
deportista... y trabajador,
era su meta triunfar
con esfuerzo y humildad.
Era un muchacho de pueblo
con sus triunfos deportivos,
también un montón de amigos
el deporte le brindó.
Era un muchacho de pueblo
que por su madre lucho,
tal vez por aquella lucha
un traslado se “gano”.
Era un muchacho de pueblo
que un día viajo a correr,
su regreso fue desgracia
que el destino le marco.
Era un muchacho de pueblo
que a su madre la adoró,
una carta le escribió
y un secreto le contó.
Era un muchacho de pueblo
al que hoy recordaremos,
porque siempre en el recuerdo
muy presente lo tendremos.
El premio al mérito deportivo
lleva grabado su nombre,
es el premio codiciado
por los hombres que compiten,
todo el año con esfuerzo
con amor y con pasión.
Con lagrimas en los ojos
su madre seguro esta,
esperando entregar el premio
a quien lo supo ganar,
porque Nestor Medina fue,
un ídolo provincial.
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